Boca Juniors había solicitado a la Conmebol que descalificara al River Plate por lo hechos ocurridos antes de la disputa del encuentro de vuelta de la final, el 24 de noviembre en el estadio Monumental, cuando fue atacado el autobús que desplazaba a los jugadores xeneizes al estadio.
Boca Juniors pedía al Tribunal Disciplinario que aplicase el mismo criterio que en el choque entre River y Boca de la Libertadores de 2015, cuando aquel se clasificó para cuartos tras la descalificación de Boca. En aquella ocasión el partido fue suspendido tras un ataque con gas pimienta a los jugadores de River en La Bombonera y la Conmebol decretó a Boca perdedor por 3-0.
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