20/09/2006 - Buenos Aires - El Tribunal Oral Federal 1 de la ciudad de La Plata declaró culpable a Etchecolatz del homicidio agravado de Diana Teruggi y la privación ilegal de la libertad agravada y tormentos de Nilda Eloy y Jorge Julio López.
También de la privación ilegal de la libertad agravada, imposición de tormentos y homicidio calificado de los desaparecidos Ambrosio De Marco, Patricia Dell Orto, Elena Sahores, Nora Formiga y Margarita Delgado.
En un fallo inédito, el tribunal determinó que los crímenes cometidos por Etchecolatz cuando se desempeñaba como director de Investigaciones de la Policía de la provincia de Buenos Aires son "delitos de lesa humanidad cometidos en el marco del genocidio que tuvo lugar en Argentina entre 1976 y 1983".
Así, los magistrados hicieron lugar a la solicitud de los querellantes de condenar al ex comisario por "genocidio", una figura no prevista en el Código Penal argentino.
Al escuchar la condena, Etchecolatz besó un crucifijo que tenía entre sus manos, pero abruptamente fue retirado de la sala por la policía luego de que algunas personas arrojaran contra el ex policía y su defensa bolsas con pintura roja, en medio de una ola de insultos contra el represor.
La pena otorgada al represor coincide con la que ayer, lunes, solicitaron la Fiscalía y los querellantes, familiares de las víctimas y organizaciones humanitarias.
En su alegato final, la defensa del ex policía justificó que, como integrante de una fuerza de seguridad, Etchecolatz "fue adscrito a las Fuerzas Armadas", que "fueron convocadas para combatir a la subversión terrorista" en el marco de "estado de guerra que vivía el país".
Los abogados del ex comisario consideraron que "no se pueden juzgar hechos de guerra con el Código Penal" y aseguraron que Etchecholatz "no fue autor, partícipe ni encubridor ni incurrió en conductas reñidas con el honor militar", por lo que pidieron su absolución.
Durante el proceso el ex policía se negó siempre a declarar, pero hoy, tras la conclusión de los alegatos y antes de escuchar el veredicto, pidió hacer uso del derecho a una "última palabra" para decir que se consideraba un "prisionero de guerra" y un "detenido político" y calificar al juicio como "un rompecabezas para niños bobos".
"No es éste tribunal el que me condena. Son ustedes los que se condenan", dijo Etchecolatz, de 77 años, a los jueces, a quienes advirtió: "Después de muertos, tendremos mucho de que hablar".
El juicio había comenzado el pasado 20 de junio, el primero oral y público que se inició por violaciones de los derechos humanos celebrado después de que el Parlamento anulase en el 2003 las leyes de Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987), que habían librado de responsabilidades a más de un millar de represores.
El máximo tribunal del país, la Corte Suprema de Justicia, ratificó hace un año la nulidad de ambas leyes.
Con todo, el juicio a Erchecolatz no fue el primero en finalizar, pues el pasado 4 de agosto un tribunal oral condeno al ex policía Julio Simón a 25 años de cárcel por crímenes de la represión.
En tanto, diversas agrupaciones defensoras de los derechos humanos denunciaron hoy la desaparición de Jorge Julio López, quien en el juicio testificó la actuación de Etchecolatz en distintos centros clandestinos de detención.
López, de 78 años y víctima de las torturas de Etchecolatz en los "años de plomo", está desaparecido desde la mañana del lunes y es buscado por la policía. EFE