Enrique Gorriarán Merlo murió tras pasar la mitad de su vida prófugo o preso


Una afección cardiaca causó hoy la muerte a los 65 años del ex guerrillero argentino Enrique Gorriarán Merlo, quien pasó casi la mitad de su vida prófugo o en la cárcel y fue uno de los protagonistas de la lucha armada en Latinoamérica.


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23/09/2006 - Buenos Aires - Quien lideró el grupo que en 1980 asesinó en Paraguay al ex presidente nicaragüense Anastasio Somoza murió cuando iba a ser sometido a una operación en un hospital público de Buenos Aires, informaron fuentes oficiales.

Según el Ministerio de Salud de la capital argentina, el hombre que durante años había logrado burlar a servicios secretos y fuerzas de seguridad de todo el continente sufrió "un aneurisma de aorta torácica abdominal" que le causó "un paro cardiorrespiratorio".

Nacido en la ciudad bonaerense de San Nicolás, en 1989 Gorriarán Merlo encabezó el asalto al cuartel militar de La Tablada, a las afueras de Buenos Aires, cuya recuperación costó la vida a 11 miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad y a 31 guerrilleros.

En una entrevista que concedió a Efe en el 2002, cuando tenía 60 años y cumplía una condena a reclusión perpetua por ese ataque en una prisión de la capital argentina, dijo que acumulaba "32 años consecutivos entre la clandestinidad y la cárcel".

También aseguró que el asesinato de Somoza, que cometió junto con a otros dos hombres en Asunción, no fue una "venganza" sino una "emboscada" contra el "jefe de la contrarrevolución" en América Latina.

Gorriarán Merlo fue uno de los jefes del grupo guerrillero argentino Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en los años 70 y después de la última dictadura militar (1976-1983) formó la agrupación política de izquierda Movimiento Todos por la Patria (MTP).

Su perfil más orientado a la acción directa que a la doctrina le llevó a hacerse cargo de la primera incursión armada del ERP en el norte argentino en 1971, por lo que fue encarcelado. Pero logró al año siguiente logró escapar a Chile y después a Cuba.

Si bien Gorriarán Merlo fue separado de la dirección del grupo guerrillero por disidencias con su líder, Mario Santucho, tras la muerte de éste, en 1976, a manos de los militares, volvió a integrar la cúpula de la organización.

Luego se incorporó a la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua, desde donde en 1979 se opuso a la disolución de las agrupaciones armadas argentinas, que por entonces ya habían sido eliminadas por la dictadura militar más cruenta que gobernó en este país suramericano.

En 1985, dos años después del restablecimiento de la democracia argentina, fundó el MTP, cuyo primer pronunciamiento incluyó una "autocrítica" sobre el uso de la violencia y una defensa del derecho a la participación política pacífica.

Sin embargo, cuatro años después un grupo armado del MTP liderado por Gorriarán Merlo atacó una unidad del Ejército de La Tablada, según dijo el propio ex guerrillero en varias ocasiones, para "evitar un nuevo golpe de Estado" cuando el país era gobernado por Raúl Alfonsín (1983-1989).

Gorriarán Merlo logró escapar del cuartel, se convirtió en uno de los hombres más buscados de Argentina y fue capturado en 1995 en México, desde donde lo expulsaron por haber entrado con un falso pasaporte y fue trasladado a Buenos Aires para someterle a juicio por el asalto al cuartel.

Condenado a reclusión perpetua, el ex guerrillero pasó ocho años en la cárcel, hasta que en el 2003 fue liberado a raíz de un indulto que el entonces presidente argentino, Eduardo Duhalde, concedió a 25 civiles y militares condenados por alzamientos armados.

Mientras estuvo en prisión, Gorriarán Merlo hizo tres "huelgas de hambre" para reclamar su libertad y también denunció al Estado argentino y al mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por su situación.

El año pasado, el ex guerrillero presentó su propia fuerza política, el Partido para el Trabajo y el Desarrollo, con el propósito de "renovar los dirigentes y dejar de tomar la política como una carrera para convertirla en un servicio a la comunidad".

Si bien en reiteradas ocasiones pidió perdón por los atentados y crímenes que cometió, Gorriarán Merlo nunca se mostró arrepentido "de haber resistido a las dictaduras y a los militares". EFE

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