01/10/2006 - Río de Janeiro - Los restos extraídos del avión están irreconocibles y sólo podrán ser identificados a través de exámenes de ADN a su llegada a Brasilia, precisaron las autoridades, cuyos enviados rastrearon hoy un área aproximada de veinte kilómetros.

El presidente de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), Milton Zuanazzi, afirmó, por su parte, que la posibilidad de encontrar supervivientes es "menor" a cada hora y anunció que el rescate de la totalidad de las víctimas puede tardar una semana.
Los restos mortales rescatados hoy fueron conducidos a una base aérea localizada a unos 280 kilómetros del lugar del desastre.
Las operaciones, dificultadas por el mal tiempo que afecta a la región, fueron interrumpidas al caer la noche y serán reanudadas al amanecer del lunes.
El avión, con 149 pasajeros y seis tripulantes a bordo, perdió el viernes contacto con los controladores aéreos hacia las 17.00 hora local (20.00 GMT), cuando cubría una ruta entre Manaos y Río de Janeiro, con escala en Brasilia.
La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) ha movilizado 75 hombres a una zona remota y de difícil acceso, donde el sábado fue avistado entre la espesa vegetación lo que quedó de la aeronave, a unos 200 kilómetros al sudeste del municipio Peixoto de Azevedo, en el estado de Mato Grosso (centro-oeste del país).
Además de los militares, colaboran en la difícil tarea de rescate indios caiapós, que conocen la inhóspita región.
Los primeros equipos llegaron al lugar aproximadamente 20 horas después de ocurrido el siniestro.
La ANAC admitió que la caída del Boeing fue provocada por un contacto con un avión ejecutivo que llevaba a siete personas, y que logró aterrizar poco después con un ala averiada.
Familiares de las víctimas divulgaron hoy una carta en la que exigen a las autoridades "una posición más clara e inmediata de la situación real del accidente" y piden una audiencia con el ministro de Defensa, Waldir Pires, cuya cartera tiene jurisdicción sobre la política aérea. EFE
Foto: Jornal do Brasil