25/09/2009 - "Estoy contenta porque la cumbre ha acabado al revés de que como acabó la de Londres. Allí acabamos casi peleando para que no se introdujera el término de flexibilidad laboral, y aquí el documento final reivindica la necesidad del trabajo decente como una de las herramientas fundamentales para abordar esta crisis", indicó.
La mandataria dijo, además, que a la próxima cumbre se incorporarán también los ministros de Trabajo, un logro positivo que atribuye a las gestiones que hizo Argentina para que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se incorporara al G-20 (países ricos y emergentes).
Para Fernández, otro aspecto importante de la cumbre es la "consolidación del G-20 como un grupo económico".
"Muchos hablan de la necesidad de configurar un nuevo orden mundial, pero yo creo que ya se está conformando", dijo la gobernante, en referencia a la influencia creciente de los países emergentes.
"Después de la II Guerra Mundial los países en vías de desarrollo eran considerados simplemente como proveedores de materia primas o productos con escaso valor agregado. Pero esto comenzó a cambiar con la aparición de nuevos actores que no solo agregan un alto valor añadido a sus productos, sino también una mano de obra masiva", dijo.
En su opinión, el problema es que este nuevo orden económico "no está regulado", y es este sentido en el que debe trabajar el G-20.
"Esta es la clave", aunque sin hacer que cada país renuncie a su "soberanía", apuntó. EFE