25/09/2009 - Los incidentes, que dejaron un saldo de once heridos y al menos 60 detenidos, comenzaron cuando ex trabajadores y grupos de izquierda intentaron resistir al desalojo de la planta que Kraft posee en la localidad bonaerense de General Pacheco.
Los protestantes arrojaron varias piedras y palos a la policía, que respondió con balas de goma y gases lacrimógenos a los manifestantes.
Uno de los oficiales a cargo del operativo aseguró hoy que "no quedan personas en la fábrica" tras el desalojo concretado por orden judicial, que derivó en la detención de unas "60 ó 70" personas, precisó más tarde el comisario Salvador Baratta al canal C5N.
"No hay víctimas ni lesionados graves. Tenemos tres obreros con lesiones y ocho policías heridos", indicó el comisario, quien dijo además que los detenidos serán liberados en las próximas horas.
Los enfrentamientos se produjeron poco después de que directivos de la empresa acudieron este viernes a la sede del Ministerio de Trabajo, donde elaboraron un acta en la que "garantizan los puestos de trabajo existentes", aunque el texto no menciona a los 150 empleados despedidos en agosto pasado, uno de los principales motivos del conflicto.
La controversia se inició en julio pasado, en medio de reclamos salariales y de mayores medidas de higiene ante la pandemia de la gripe A, pero se agravó el mes pasado con los despidos, por lo que varios trabajadores tomaron la planta, que quedó paralizada.
"Ingresaron 20 vehículos con policías con la intención de producir el desalojo de la planta", explicó hoy el delegado de los trabajadores, César García.
El delegado aseguró, además, que los empleados están "en estado de asamblea permanente" y que resistirán "hasta que la empresa cumpla con lo que dispuso el Ministerio de Trabajo", que el pasado 21 de septiembre exigió a la firma el pago de salarios quincenales adeudados.
Mientras, otro grupo de trabajadores cortó este viernes un acceso cercano a la planta en protesta contra el desalojo y los despidos de la compañía.
Los telegramas de despido fueron enviados el 18 de agosto pasado, tras lo cual se inició un reclamo laboral que, según indicaron a Efe fuentes sindicales, derivó en una conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo argentino, que obligó a la compañía a reincorporar a los cesantes.
Esos empleados se presentaron entonces a trabajar a la fábrica, pero según las fuentes sindicales, la empresa no les otorgó tareas.
Por el conflicto, la planta de Kraft de Pacheco, dedicada a la producción de galletas y pastas y en la que trabajan 2.600 personas, registra varios días de parálisis operativa.
Kraft tiene otras dos plantas en Argentina, una en la ciudad de Tres Arroyos (provincia de Buenos Aires) y otra en la ciudad de Villa Mercedes (provincia de San Luis). EFE