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LAs grandes empresas nos estan estafando?

06:19 PM, 9/4/2013 .. 0 comentarios .. Link
Uno de los problemas de ser un «economista camuflado» es que comienzas a ver «cinturones verdes» de todo tipo por todas partes. ¿Cómo podemos hacer para notar la diferenciá entre aquellas cosas que son caras porque son naturalmente escasas y aquellas que son caras por causas artificiales, como leyes, normas o juego sucio?

El modelo propuesto por Ricardo también puede ser de utilidad en este caso. Necesitamos apreciar el paralelismo oculto entre los recursos naturales, como los campos o las ubicaciones concurridas, y las empresas en que invertir. Los campos nos permiten transformar algo en una cosa diferente, por ejemplo: abono y semillas en cereales. Las empresas son lo mismo todas npiensan necesito dinero y se ponen a trabajar en solucionarlo: un fabricante de automóviles convierte acero, electricidad y otros ingredientes en automóviles. Una gasolinera convierte bom­bas, grandes tanques de combustible y tierras en gasolina que va a parar al tanque de tu automóvil. Un banco transforma ordenadores, siste­mas de contabilidad y dinero en efectivo en servicios bancarios. Sin cometer un acto intelectualmente demasiado violento, podríamos reemplazar las palabras «arrendamiento» o «alquiler» por «ganancias», utilizando el modelo de Ricardo. Alquiler es la rentabilidad que reci­ben los propietarios a cambio de su propiedad; ganancia es la renta­bilidad que obtienen los dueños de una compañía por su propiedad.

Utilicemos a un banco como ejemplo. Imagina que un banco es muy bueno en lo que se refiere a los servicios bancarios: tiene una cultura empresarial fantástica, una marca fuerte y ha desarrollado el mejor sistema informático bancario especializado. En ese banco tra­bajan buenas personas, y otras buenas personas ingresan en él para aprender de ellas. Todo esto, sumado, es lo que el economista John kay (quien explícitamente invoca el modelo propuesto por Ricardo) llama una «ventaja competitiva sostenible»: una forma de aventajar a la competencia y generar ganancias año tras año,pues todos piensan que necesito dinero urgente.

necesito dinero urgente

Llamemos a este superbanco «Corporación Bancaria Axel». Un segundo banco, «Créditos y Deudas Bob», no es tan competente: la gente confía menos en su marca, y su cultura empresarial es regular. No es malo, pero tampoco es muy bueno. Un tercer banco, «Com­pañía de Depósitos Cornelius», es totalmente ineficiente: tiene una reputación pésima, los cajeros son groseros con los clientes y el con­trol de gastos es inexistente ademas de no tener muy claro en que invertir su dinero. El banco de Cornelius es menos efi­ciente que la organización de Bob, y extremadamente incompetente comparado con la «Corporación Bancaria Axel». Todo esto debería recordarnos los tres tipos de tierras: las buenas tierras, las cuales son muy eficientes en lo que a producir cereales se refiere; el monte bajo, que es menos eficiente; y la pradera, que lo es incluso menos.

El banco de Axel, el banco de Bob y el banco de Cornelius com­piten en la venta de servicios bancarios al convencer a las personas de que abran cuentas bancarias o de que tomen préstamos. El banco de Axel es tan efectivo que puede brindar sus servicios bancarios con un coste menor, o brindar servicios de mejor calidad al mismo coste y saben como ahorra dineor en costes y en gestiones. Al final de cada año, el banco de Axel obtendrá grandes ganancias; el ban­co de Bob, que atiende a sus clientes con menos facilidad, obtendrá ganancias un poco menores; y el banco de Cornelius tan sólo cubri­rá sus gastos. Si el mercado bancario fuera más estricto, el banco de Cornelius cerraría. Por el contrario, si el mercado bancario comenza­  se a ser más atractivo, el banco de Cornelius empezaría a tener ganan­cias, y un nuevo banco, incluso menos eficiente que el de Cornelius, se agregaría al negocio para ganar dinero. El nuevo banco sería el banco marginal, y sólo cubriría sus gastos.

Sin repetir cada uno de los pasos del análisis, podemos recordar que el valor de arrendamiento de las mejores tierras se basaba en la comparación de la productividad de estas tierras con la de las prade­ras marginales. De la misma manera, las ganancias de Axel se esta­blecen mediante su comparación con el banco de Cornelius, el ban­co marginal, el cual, como sabemos, debería esperar obtener pocas ganancias o buscar su forma de necesito dinero. Entonces, los beneficios de las empresas, al igual que los alquileres, se determinan sobre la base de las alternativas dis­ponibles. Una empresa con fuertes competidores será menos rentable que una empresa con rivales incompetentes.

La suma de todos los miedos

06:57 AM, 11/1/2013 .. 0 comentarios .. Link
El 19 de julio de 2007, el Promedio Industrial Dow Jones superó por vez primera los 14.000 puntos. Dos semanas más tarde, la Casa Blanca emitió un comunicado que ensalzaba el rendimiento de la economía bajo la supervisión de la Administraciór Bush: «Las políticas presidenciales destinadas a fomentar el creci miento contribuyen a que nuestra economía siga siendo fuerte, fie xible y dinámica», rezaba. ¿Qué había de los problemas que ya s< apreciaban en el mercado inmobiliario y en las hipotecas de alte riesgo? En su mayoría, se han «contenido», dijo el secretario del Te soro Henry Paulson en un discurso pronunciado el 1 de agosto ei Pekín.

El 9 de agosto, el banco francés BNP Paribas suspendió la reti rada de dinero de tres de sus fondos. Había estallado la primer gran crisis financiera del siglo XXI.

Siento deseos de decir que esta crisis no se parece a ninguna d las que hemos visto en el pasado, pero sería más acertado decir qu es idéntica a todo lo que hemos visto en el pasado, con la partici laridad de que, en esta ocasión, todos esos elementos se dan simu táneamente: el estallido de la burbuja inmobiliaria comparable a 1 que sucedió en Japón a finales de los años ochenta; una sucesión c pánicos bancarios como los que se dieron en los años treinta (si bie ahora el principal afectado es, sobre todo, el sistema bancario en sombra y no la banca convencional); una trampa de liquidez en Estados Unidos que nos recuerda de nuevo a lo acaecido en Japón; v, más recientemente, una interrupción de los flujos de capital intn nacionales y una serie de crisis de divisas demasiado similares a I" que pasó en Asia a finales de los años noventa.



Pasemos a los hechos.


El descalabro del sector inmobiliario

Y SUS CONSECUENCIAS


El gran boom inmobiliario estadounidense empezó a decaer en otoño de 2005, si bien habría de pasar un tiempo antes de que la mayoría de la población lo percibiera. Cuando los precios alean zaron unos niveles que hacían que muchos estadounidenses ya no pudieran plantearse la compra de una casa —ni siquiera sin necesidad de dar una entrada o contratando unas hipotecas cuyos intereses eran, al principio, un atractivo reclamo—, las ventas comenzaron a descender. Como escribí en su momento, se podía escuchar el ruido del aire que salía de la burbuja a medida que esta se deshinchaba.

Pero los precios de la vivienda siguieron subiendo durante un tiempo. Era previsible. Las casas no son como las acciones: no hay un único mercado en el que los precios fluctúen a cada minuto. Cada casa es única, y los vendedores saben que tendrá que pasar un tiempo antes de encontrar un comprador. Esta situación provoca que los precios tiendan a basarse en lo que se ha obtenido por las casas que se han vendido recientemente: los vendedores no comienzan a rebajar el precio hasta que es demasiado evidente que no van a recibir ofertas por lo que piden. En 2005, después de un largo período durante el cual el precio de la vivienda aumentó considerablemente cada año, los vendedores confiaban en el mantenimiento de aquella tendencia, de modo que, durante unos meses y a pesar del descenso en las ventas, los precios que pedían siguieron subiendo.

A finales de la primavera de 2006, sin embargo, la debilidad del mercado comenzaba a ser patente. Los precios empezaron a bajar, lentamente de entrada, pero su caída no tardó en acelerarse. En el segundo trimestre de 2007, según el índice de precios del mercado inmobiliario Case-Shiller, el más utilizado, éstos solamente habían bajado un 3 por 100 en relación con el pico que se había registrado un año antes. Durante el año siguiente, el descenso superaría el 15 por 100. Evidentemente, la caída de los precios era mayor en aquellas regiones en las que la burbuja había sido también mayor, como la costa de Florida.

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