Sociedad | Educación
Argentina cambia las reglas: Universidades y hospitales públicos cobrarán a extranjeros no residentes
El Gobierno pone fin a la gratuidad para extranjeros no residentes en el sistema educativo y de salud pública, buscando generar ingresos y frenar abusos.
04-12-2024
En un giro significativo, el Gobierno argentino anunció que las universidades nacionales y los hospitales públicos podrán cobrar aranceles a extranjeros no residentes. La medida, presentada por el vocero presidencial Manuel Adorni, busca limitar la gratuidad en servicios clave para este grupo y generar nuevos ingresos para las instituciones.
Nuevas reglas para educación y salud
Adorni explicó que las universidades nacionales estarán habilitadas a cobrar aranceles a estudiantes extranjeros no residentes, destacando que esta política representará una fuente de financiamiento importante.
“Uno de cada tres estudiantes de medicina es extranjero. Este cambio ayudará a sostener la calidad educativa”, subrayó.
En el caso de la salud, el acceso para extranjeros no residentes será regulado por organismos nacionales, provinciales o municipales, quienes podrán establecer tarifas por los servicios prestados. Adorni destacó un antecedente exitoso en Salta, donde la medida redujo la atención a extranjeros en un 95% y ahorró al sistema $60 millones.
“Nos despedimos de los famosos tours sanitarios”, afirmó el funcionario.
Una medida que divide opiniones
Mientras el Gobierno justifica este cambio como una forma de proteger los recursos públicos y frenar abusos, el anuncio ya ha generado debate en diversos sectores. Críticos argumentan que podría afectar la imagen del país como referente en acceso universal a la educación y la salud.
La medida ha provocado diversas reacciones entre estudiantes. Natalia, estudiante argentina de medicina que cursa tercer año en la Universidad Nacional de Rosario, expresó su descontento con la situación actual:
“Estudio medicina en la Universidad Nacional de Rosario. Nunca puedo aprovechar el bajo costo que tiene almorzar en la universidad, siempre está lleno de brasileños. A mis viejos les cuesta mucho mantener mis estudios, y estaría buenísimo poder almorzar aquí”, concluyó.
Por otro lado, Gael, un brasileño que cursa cuarto año de medicina en la misma institución, comentó las posibles dificultades que enfrentará con la nueva política:
“Es una medida que nos afecta muchísimo. Es muy probable que siga estudiando igual aquí, pero las cosas van a ser distintas. Tendremos que hacer un gran esfuerzo económico con mi familia”, señaló.