El 2012 de River según Matías Patanián
Tenemos un equipo con carencias desde que la gestión de Passarella volviera a desperdiciar los 60 días de libro de pases abierto. Se dejó ir a Lucas Orban y arrancamos el torneo con Luciano Vella de 3 (un error suyo compartido con Vega nos costó el primer partido) y luego un buen proyecto de 6 se tuvo que correr a la punta izquierda (está claro que no es su lugar en el mundo), sentenció Matías Patanian.
En su sitio personal, en relación a lo que dejo el 2012 para River, Matías Patanian señala: Año que arroja dos caras de una misma moneda. La primera mitad, en un lugar que no vale la pena recordar en estas líneas por más que nos haya generado una herida imposible de cerrar.
La segunda, aún en curso, en nuestro histórico espacio de pertenencia.
Sin embargo, hablo de una misma moneda porque ni antes ni ahora, River transita por los senderos de grandeza que lo caracterizaron a lo largo de casi toda su historia.
Y el 2012 , al igual que gran parte de los últimos años, nos tuvo y nos tiene alejados de esas dos premisas, con jugadores que no dan el pinet, con planteos que difieren de una semana a otra y no llegan a consolidar la idea de un equipo y con 6 lesiones ligamentarias que marcan un récord preocupante y obligan a los responsables a dar una respuesta clara y consistente.
Matías Patanián: Exigencia y excelencia
La pasión de nuestra gente se ha fortalecido en las malas y continúa creciendo. Ella, debe representar la plataforma ideal de despegue rumbo al “volver a ser” pero de ninguna manera convertirse en el único estandarte de orgullo. River es eso, claro, pero es mucho más. Y quienes hemos vivido los años de gloria sabemos de qué se trata, así como también nuestros padres y abuelos supieron lo mismo.
Dijo además Matías Patanian: Si todos los que formamos parte de este sentimiento no entendemos que River no es esto que nos toca vivir sino aquello que mamamos desde que nacimos y nos hizo ser diferentes al resto.
Nuestro amado club se basó históricamente en dos pilares que fueron la nave insignia de su enorme grandeza : EXIGENCIA y EXCELENCIA (la doble E). La izquierda del mediocampo sufre un Rojas al que la adaptación a la camiseta más grande parece haberle costado más de la cuenta y directamente River no tiene plan B en ese sector.
Y poror último la generación… tantas veces reclamada, tantas veces necesitada y aún sin solución a la vista. Lanzini y Cazares, de 19 y 20 años respectivamente, son dos opciones que no han gozado de continuidad y sin ella todo se hace más difícil, enfatizo Matías Patanian.
La consecuencia es un equipo con pocos triunfos. Un equipo que no gana los partidos ganables , al que le empatan los partidos ganados y que pierde los partidos empatables.
Al mismo tiempo se sigue hablando de objetivos tristes y mediocres como “25 puntos” y el camino a la exigencia se extingue de inmediato.
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